jueves, 22 de enero de 2015

LITERATURA. RELATOS PREMIADOS



Primer Premio de Narrativa Casa de Ceuta en Barcelona 2009. 






Caminando en mis recuerdos
¡Ay  de mí….!
Sentada sobre esta peña mirando el mar…
Soy una ciudad entre mares….
O quizás…
parte de él.

 Hoy me encuentro acompañada por relatos de personas que escriben sobre mí  y dicen quererme en la lejanía,  cuentan hechos que pasan por mis calles, o que pasarán en sus anhelos,  y yo me alegro, porque a veces… muchas veces, me entristezco, pues me considero una gran desconocida, incluso hay gentes que ignoran mi vida, mi historia, e incluso, los más osados se han atrevido a difundir infortunios sobre qué soy,  a quién pertenecía y lo que es aún más atrevido, a quién perteneceré.
Si un día decidiera contar mis leyendas o escribir una biografía, de esas que están tan de moda en los últimos tiempos, empezaría diciendo:

 “Que ya se hablaba  de estas montañas que tengo a mi espalda en la  Era Neolítica….”
 
Creo, de no estar confundida, que no debe de hacer mucho lustros, se encontraron yacimientos que explicaban el modo de vida y las costumbres de esa época enclavada en los anales de la vida prehistórica, esto me lleva a pensar el como,  desde  hace  muchos… muchos siglos,  hombres y mujeres han  caminado por mis cuestas, incluso, si me apuráis os añadiría que, aquí cerca, en Benzú, al excavar muy profundamente se pueden  encontrar algunas muestras de utensilios domésticos, así, como restos de   viviendas construidas, hace más de 100.000  años, para hacer de hogar a  personas que aprendieron a querer  mi mar.
Me preocupa querido Atlántico que se me conozca tan poco, pues todos coinciden en que soy bella, como una perla blanca arropada por delfines, sin embargo, no se me conoce lo suficiente, y de eso me lamento.

Como iba diciendo… ¡Qué no deseo hoy lloriquear entre mis arenas! sino todo lo contrario. ¿Deseáis que en este relato hable de mí? Pues en eso estoy, recordando desde  mi más tierna infancia. Quizás, bien pensado,  abrume un poco con mi vida,  mis batallitas, pero bueno… ¡No  las contaré todas! puesto que son muchas e intensas en mis  años vividos, tantas que las olas del mar me parecen escasas esta tarde.

Estaba yo explicando que de contar mi biografía….

Era muy niña pero mantengo vivo el recuerdo, aunque  ciertamente no sé si es recuerdo o sueño, de un fornido héroe heleno apodado Hércules, vitoreado por cantos y mitos desde la Época Clásica, de sus muchas hazañas narradas, cuentan que  deseó conmemorar  la separación de Europa y África levantando  dos columnas, una de ellas  la elevó en la parte de Europa y es conocida por el nombre de  Gibraltar y la otra fue situada  en la parte Africana  llamándola  “ABILA”  y esa columna, no es otro lugar que nuestro querido Monte Hacho.

¿Cómo no saben eso muchas personas que hasta mi puerto llegan?
¡No lo entiendo!
Últimamente se difundieron comentarios  de estudiosos que manifestaban  no estar  seguros, a pesar de ánforas encontradas que datan entre  los siglos V y II  antes de la Era Cristiana si realmente hubo una sociedad fenicia asentada  comercializando por mis playas,  hasta tal punto que  un historiador apuntó:   
- ¡Ese tema aún no está muy claro!
-¡No está claro… no está claro!
Y yo,  la verdad, es que… como era muy jovencita… ¡No lo recuerdo bien!

¡Eso sí!   Según los mismos estudiosos confirman que he sido bautizada varias veces y en cada una de ellas  me otorgaron diversos nombres, uno de ellos es Abyla, como he mencionado antes, y otro muy conocido es también: Septem Frates, las siete colinas que forman la Almina,

En tiempos de romanos, sí, de romanos, de ellos guardo un grato recuerdo,   me adoraban y  supieron sacarme mucho rendimiento, me convirtieron en una zona donde los salazones de mis costas y almadrabas  alimentaban a muchas personas, estos eran transportados a todo el Imperio y hicieron  de mí una zona rica. ¡Me sentía contenta y admirada!

¡Pero la historia nunca para…!

La historia  es  un ir y venir de gente  año tras año, siglo tras siglo  y como no podía ser de otra manera, llegaron  los vándalos, cuentan de ellos que su jefe era un tal Genérico y consultando fechas, leí en mis recuerdos que hacía el año 429 de la Era Cristiana,   ya no me dedicaría a alimentar imperios con mis salazones. Y lo cierto es que era una actividad con la que me sentía muy a gusto, me encantaba ver mi almadraba y los barcos atracando y desatracando en el puerto.

No sabría explicar todas las razones,  pero yo, ¡Me sentía mejor siendo romana!
¡Los años no pasan en balde y la vida sigue!

 Tenía yo 533 años, cuando  Justiniano I  que era el rey de Bizancio deseaba conquistarme.  ¡Cómo todos!  ( Siempre tuve muchos pretendientes, decían:” que era bonita, que estaba bien situada, si era robusta y de mirada azul…”) Justiniano I alegó que  deseaba estar junto a mí para tener un lugar muy privilegiado cerca de la Piel de Toro, tal y  como era conocida la Península Ibérica y para esa  campaña, envió al gran estratagema Belisario a mis tierras y sería entonces cuando me adornarían con murallas con la excusa de defenderme por si los visigodos se enamoraban  de estos montes  y quisieran mis tierras para vivir.

Pero años más tarde…. ¡Y sin poder ser de otra manera…! Los visigodos desearon conocer mis montañas y mi cielo para hacer de todo ello, la estancia de sus sueños.

-Y ahora que recuerdo-  El señor al que nunca tuve bien en gracia fue a Don Julián, el Señor Conde, era un gobernador de los visigodos y se alió con los árabes.
 ¿Sabéis con qué finalidad? Pues muy sencilla, para que estos pasaran a la Península Ibérica  y se asentaran en ella, pero yo me pregunto: ¿Si era visigodo por qué se unió a los árabes?  Cuenta la leyenda que fue un acto de honor… ¡Pero no lo tengo muy claro!

 Vienen a mi mente periodos de inestabilidad. Yo tendría más o menos 740 años, y en mis tierras habían muchas revueltas, bereberes contra los árabes, y dado que las guerras y los asedios no traen nada bueno, me quedé destrozada, cansada, triste y abatida, pero no terminó aquí mi tormento, en el siglo IX, Medyekes, líder de los medyekeses hicieron de mí un enclave corsario.

Yo,  siempre he deseado vivir tranquila, con unos o con otros, pero tranquila… parece ser, que  entre  los que deseaban  conquistarme y los que creían poseerme indefinidamente, siempre había trifulcas,   ¡A pesar de  que lo que más ansío es la paz!

Sería un tiempo después, aproximadamente sobre mi 931 aniversario en Era Cristiana,  el periodo donde recuperaría mi elegancia,  estaba yo muy fortificada y  reconstruida, siendo  objeto de todas las miradas. Mi puerto  se convirtió en el más importante del Estrecho, haciendo de puente entre el Magreb y el AL-Andalus,

Hagamos un ejercicio de mirar con la ilusión.


 Cerrar los ojos e  imaginaros años posteriores, situémonos en época de Almohades, el puerto, este puerto que hoy está hoy sereno, era una constante salida y entrada de mercancías, hasta tal punto que muchos cónsules deseaban venirse de países lejanos para realizar acuerdos ventajosos para sus territorios.

¿Habéis podido sentir mi trajín?
¡Qué bonitos son los lugares en el espacio!

  Cuando fui un poco mayor  me convertí en rica, prospera…  tanto que el Rey don Juan I de Portugal, puso los ojos en mí, en esa época debía tener unos 15 siglos, y me conquistó,  (nuevamente) puede parecer que siempre he estado predispuesta a ser conquistada, pero doy fe de que era más atractiva a los ojos de los demás y despertaba más interés  hacía ellos que al contrario,  como decía, me conquistó de manera metódica, preparada , casi en silencio para que nadie lo supiera, y el día 21 de Agosto de 1415, si la memoria no me falla, me tomó como suya y se hacía llamar mi señor.

Pero a pesar  de todo  me sentí muy bien cuando llegué a mi edad adulta y me incorporé a las tierras de que formaban  la Corona Castellana, y como siempre fui fiel, pese a mis conquistas, me otorgaron calificativos y títulos como Siempre Noble y Leal. Incluso, un poquito más tarde me dieron otro titulo que decía  que yo era “Fidelísima”, esto de llamarme Fidelísima  me daban muchos privilegios y  fueros,  a partir de ese momento todos dijeron que yo era Española y desde entonces, Española soy desde que cumplí 1.668 años.
 ¿Pero pensáis que aquí se terminó  todo? Pues no,  muy a mi pesar, no, y es que supongo que como siempre fui tan bella, me convertía en atractiva para cualquier país cercano que deseaba tenerme bajo su dominio.

¡Con lo a gusto que estoy yo mirando mis costas sin meterme con nadie!
Al cumplir los  1.995 años me regalaron al soplar las velas un Estatuto, yo al principio no sabía que era el Estatuto, pero pronto comprendí que era un bonito regalo por el cual me decían que yo ya era Autónoma, es decir: mayor de edad y que confiaba que me podía administrar sola, y que depositaban en mi mucha responsabilidad, seguramente era el premio a ser Leal y Fidelísima  como así se me reconoce.

Se hace tarde y  aquí sigo sentada  junto a las rocas, pensando que debería poner yo en mi biografía…
Lo único que tengo claro es el título: “Caminando en mis recuerdos”
Tengo tantas cosas que contar…
Tantas cosas desearía decir a esas personas que no me conocen...
Y bien mirado, ahora que pienso…

Yo no he de escribir mi biografía, yo solo he de seguir siendo esa perla arropada por delfines que siempre cuidó a su pueblo a través de los años, que es cuna de tolerancia y presa del cariño de sus gentes.

Ahora que pienso…

 Si tuviera que relatar algo sobre mí, seguramente escribiría que fueron muchos los pobladores, que fueron muchas las batallas, muchas las banderas hasta llegar a ser Española y Caballa y que todas y cada una de ellas mereció la pena para llegar a ser quien soy.  CEUTA.


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